No soy racista, pero... 4 palabras de claro racismo

Nada bueno viene nunca después de esa frase, ¿verdad? No soy racista, pero os contaré mi historia para que entendáis el "pero":

Nací en Rumanía en los '90. Una familia blanca en Rumanía en esa década sólo podía significar una cosa: Me crie en un hogar racista. Eso era la norma. Tristemente, en la mayor parte del mundo, incluyendo mi país de origen, lo sigue siendo.

Nunca me pregunté nada. Era lo normal, ¿no? Los blancos éramos superiores... eso nos enseñaban desde que nacíamos. Las diferencias, y no sólo del color de la piel, eran criticadas duramente: "No juegues con ese niño, que es minusválido y a ver si te lo va a pegar", "Mira ese niño, pobrecito, se ha tostado mucho al sol... ja, ja, ja", además de verdaderos improperios hacia cualquiera que no fuera una persona blanca, heterosexual y nacida en Rumanía.

El tiempo pasó e hicieron de mí exactamente lo que querían, alguien como ellos. Alguien como todo aquel rebaño que hacía bien poco por usar una mentalidad crítica y mucho menos autocrítica. Pero, por suerte o por desgracia, en mi familia había muchas más taras con las que no me sentía cómodo: machismo, violencia, alcoholismo, homofobia, fanatismo religioso... Eso me hizo distanciarme poco a poco de sus creencias y, lo que al comienzo de mi vida me parecía lo normal, dejó de serlo. Me cuestioné todas sus enseñanzas y tuve la oportunidad de darme cuenta de lo equivocados que estaban.

A los 10 años, llegué a España. Un país mucho más diverso que Rumanía, por lo que las oportunidades que tenían los míos de verter su veneno al exterior aumentaban: "Los sudamericanos son unos vagos", "Los negros huelen mal", "Los chinos no tienen ni idea de nada", "Los españoles son unos tontos", "Bueno... y no me hagas hablar de los árabes". En casa oí también miles de frases que empiezan por "No soy racista, pero...". Todo estaba mal. Por la misma razón, no desperdiciaban ni una oportunidad de quejarse de lo mal que nos veían a los rumanos, sobre todo a principios de los 2000.

Y no, no puede ser. ¿Cómo se puede ser tan hipócrita? ¿Cómo es posible que, incluso ahora que tú eres el inmigrante, sigas mostrando estas actitudes racistas? Más racista que antes, incluso. "No soy racista, pero si lo soy no es culpa mía"... ¿verdad?. Creo que ese fue un punto final. Me resultó más fácil descartar todas sus enseñanzas que plantearme si podrían haber tenido razón en algo. Conocí el mundo que me rodeaba por mi cuenta y construí mis propias creencias y mis propios valores. Me rodeé de la gente que me aportaba algo positivo y me volví a criar como me habría gustado que lo hubieran hecho.

Ahora tengo 32 años y estoy orgulloso de quién soy. Podría decir que deshacerme de los prejuicios que me fueron creando fue una dura lucha, pero lo cierto es que fue muy fácil. Sólo tuve que mostrar respeto a todas las personas con las que me relacionaba, y exigirlo a cambio. Lo demás, se construyó sobre esa base sólida que sólo el respeto puede cimentar. A mis 32 años me considero libre de prejuicios, por color, religión, orientación sexual, condición física...

No soy racista...

Pero lo cierto es que, el adoctrinamiento desde tan pequeño sigue dejando cicatrices, y aún hoy, hay microrracismos inconscientes que me alarman cuando los detecto. No soy racista, claro. Lo entenderéis mejor con un ejemplo, y estoy seguro de que much@s os sentiréis identificad@s:

Hace poco vi una serie llamada "This is us". Está en Amazon Prime y os la recomiendo por la trama tan profunda que tiene. Se trata de l@s trilliz@s: Kevin, Kate y Randall. Dos blancos y uno negro (Si queréis saber cómo es eso posible, de verdad, debéis ver la serie). Los tres nacieron en los 70 y se criaron en la familia más amorosa y respetuosa que podían imaginar. La serie gira entorno a cómo de diferentes fueron sus vidas, aunque crecieran en la misma casa y con los mismos padres.

Pues bien, Randall se casó con una mujer también negra, Beth, interpretada por Susan Kelechi Watson, y aquí viene el pero. Recuerdo que, en algún momento de la serie, algo dentro de mí me decía: "Qué curioso que precisamente Beth me parezca la más guapa de toda la serie", "Qué curioso que me identifique más con Randall que con el resto". Es racismo, claro. Aunque sea por algo positivo como reconocer la belleza de una persona, la actitud racista o microrracista es que me sorprenda. ¿Por qué me sorprende poder identificarme con el hermano negro? ¿Por qué es tan curioso que una mujer negra me parezca la más guapa de la serie? Si no soy racista, ¿pero por qué sigo teniendo estos pensamientos?

Este parece que sí será un trabajo difícil, quitarme estas cicatrices de lo que un día fueron heridas muy profundas, pero sé una cosa: Sé que jamás podré cambiar la forma de pensar de mis padres. Ell@s me enseñaron lo que a ell@s les enseñaron en su momento, y creen que está bien. Sé que es posible que me vaya a la tumba aún con algún resquicio del racismo que me infundieron. Pero también sé que está en mis manos romper este círculo. Que mis hij@s no reciban una educación racista, ni homófoba, ni machista... Que puedan relacionarse con las personas que les aporte algo positivo sin ver las diferencias como líneas divisorias. Si yo aún cargo con algunos microrracismos, mis hij@s no tendrán ninguno. El pasado no se puede cambiar. El presente sí, con mucho esfuerzo. Pero el futuro... el futuro es muy fácil de cambiar, sólo hace falta voluntad.

¿Y vosotr@s qué pensáis? ¿Os habéis sentido identificad@s con algo de mi historia? Os invito a reflexionar sobre vuestras vivencias personales y compartáis también vuestra más sincera autocrítica. Escribidme un comentario más abajo.

"No soy racista, pero me gustaría no serlo."

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