Los Faraones Negros de Egipto
Narmer o Menes es reconocido como “el primer Faraón de Egipto de raza negra”; era rey del Alto Egipto, posible sucesor de Horus (Escorpión). Conquistó el Bajo Egipto (delta del Nilo) e instauró su capital en Ineb Hedy “Muralla blanca”, la futura Menfis. Narmer fue el primer faraón del Antiguo Egipto y fundador de la Dinastía I c. 3050 a.C.
Entre sus obras más destacables se encuentra la creación de un dique para desecar las zonas pantanosas de Menfis y desviar el cauce del Nilo hacia un lago. También la construcción de la ciudad donde erigió un grandioso templo a Vulcano (Heródoto).
¿Cómo que Narmer era negro?
África no sólo ha sido cuna de la humanidad, sino también cuna de los sistemas filosóficos, políticos y religiosos. Desde la zona conocida hoy como la de los Grandes Lagos, donde habitó el primer hombre, salieron las primeras emigraciones en las que los Negros africanos, siguiendo los dos brazos del río Nilo, el Blanco y el Azul, y su confluencia, llegaron a Kemit, “país negro”, donde fundaron los primeros grandes imperios de la humanidad:
- El imperio del Antiguo Egipto (-3500 -2000).
- El imperio del Medio Egipto (-2000-1580).
- El Nuevo Imperio de Egipto (-1580-1100).
A esa tierra llegaron los griegos en plena decadencia, en el siglo IX a. C., y se dieron cuenta rápidamente de que sus habitantes eran Aithiopes, eran Negros, por eso la llamaron Aithiopía, “País de Negros”. Este fue la cuna del saber universal que frecuentaron, desde Homero y Hesíodo, todos los filósofos, literatos, sabios y políticos del mundo helénico.

En el transcurso del tiempo, por medio de una transformación onomatopéyica del término khi-khu-Phtah, el templo del dios Phtah, cuyas paredes estaban cubiertas por representaciones de ovejas, entre otros animales, Aithiopía se convirtió en Aíguptos, Egipto. Si tenemos en cuenta que el término aguto(n) en lengua yoruba, una de las culturas extensas que habita actualmente Nigeria, significa "oveja", es evidente que los mismos Aithiopes, los Negros, designaban a dicho templo con el nombre de los “animales representados” y que “la emigración de los Yorubas es posterior al contacto que tuvo Egipto con los griegos”.
Sólo habría que recordar que todos los imperios egipcios fueron gobernados por más de 31 dinastías de faraones negros. El primero de ellos fue Narmer o Menés, quien por primera vez logró unificar el Alto y el Bajo Egipto. De acuerdo con los rasgos característicos de los restos arqueológicos de su busto, se puede afirmar que pertenecía a la cultura de los Hutus. Lo mismo ocurrió con Seti I, su hijo Ramsés II y su descendencia, quienes pertenecían a los Tutsis.
Chéops, de la cuarta dinastía y constructor de la gran pirámide que lleva su nombre, “recuerda al típico camerunés actual”. Su figura se identifica con la de un jefe Beti, Fang, etc. El largo declive del nuevo y último imperio egipcio, junto con las conquistas de otros pueblos, tales como los persas y los macedonios con Alejandro Magno, provocaron otras oleadas migratorias en las que los Negros Africanos abandonaron definitivamente Egipto y retrocedieron a las distintas zonas en que los encontramos hoy.
Los Ekang, como los llamaría el brillante egiptólogo gabonés Grégoire Biyogo, antiguos Fang, fueron los últimos en emprender ese viaje de regreso. A la altura del sur del actual Sudán, se separaron en dos grupos: uno cruzó el Nilo Blanco y se instaló en Kenia, donde pudo encuadrarse entre las minorías y unirse a los Luos o tomar esa denominación diferente, como se observará en otros países.
A ese grupo pertenecen los descendientes paternos de Obama, un típico nombre Fang que significa “gavilán”. El otro grupo de esa etnia se dirigió al oeste y, tras atravesar la República Centroafricana, continuó su camino lleno de obstáculos por el margen derecho del río Sanaga, que se hacía más caudaloso a medida que avanzaba.
Al franquear sus aguas, unos se instalaron en las regiones de Nanga Eboko y de Ongola (Yaundé); otros cruzaron el Nyong y poblaron Evuzok, Minlaaba, Mbalmayo... Estos constituirían el subgrupo Beti. Mientras los Bulu se quedaron en Ebolowa, los subgrupos Ntumu y Oka siguieron su andadura imparable en tres frentes:
- El primero, en dirección al oeste, aterrizó en Kribi.
- El segundo, al sur, llegó a Ambam y se extendió hasta Guinea Ecuatorial.
- El tercero, al sureste, se dispersó en distintas áreas del Gabón y del Congo.
El hecho de que aparezcan nombres o apellidos Fang en Nigeria permite contemplar una hipótesis que confirmaría que una porción indeterminada de sus componentes se haya establecido en ese país colosal.
El Occidente finalmente se entera de que Cleopatra era una mujer negra
Sally-Ann Ashton, una egiptóloga de la Universidad de Cambridge, pasó todo un año reconstruyendo la apariencia de la famosa faraona. Las siguientes son algunas de las conclusiones acerca de lo que descubrió.
Ashton analizó la genealogía de Cleopatra, su perfil en monedas antiguas, así como también esculturas y reproducciones de decoraciones de templos en Dandara (localizado en la orilla oeste del Nilo, en Egipto).
El historiador griego Plutarco escribió que la reina de Egipto no era hermosa, pero que podía embrujarte con su discurso. Esta mujer exquisita podía conquistar a cualquiera con su habla, su voz y su personalidad.
La egiptóloga llegó a la conclusión de que el color de piel de la legendaria mujer era oscuro. Además, su cuerpo no cumplía con los estándares de belleza de nuestro tiempo. Tenía una altura de 1.52 metros y sobrepeso.
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