Contra la matanza de civiles en Gaza nos posicionamos

En el año 2014 tuve la oportunidad de corresponder a la invitación de una amiga alemana y visitar ese país con un amigo común. Ya en el avión propuse a mi acompañante mi intención de visitar Dachau, el campo de concentración nazi que estaba cerca de donde pernoctaríamos. Mi amigo, que no soporta ni las películas lacrimosas ni las  novelas tristes, intentó convencerme de que habría sitios mejores que visitar, y que no era plato de gusto comprobar in situ  la barbaridad que el ser humano es capaz de hacer a sus semejantes. Firme en mi propósito nos pusimos a negociar  las visitas y llegamos a un acuerdo: yo aguantaría estoicamente la visita al museo botánico para ver las mil y una plantas que allí cuidan por el interés que él mostraba en ello;  y él aparcaría sus fobias y me acompañaría a Dachau.

El día de la visita al campo de concentración mi compañero estaba rezongón, pero cumplió su palabra y nos montamos en el tren para recorrer los trece kilómetros que separan Munich del pueblecito donde está el tristemente famoso campo.

Lo primero que te llama la atención al llegar al pueblo de Dachau es los pocos carteles informativos de la situación del campo de concentración , por lo que te ves obligado a preguntar a la gente con la que te cruzas en el camino, y ahí empiezas a notar que algo no va bien. Cuando te diriges a ellos en tu pésimo inglés hacen intención de comprenderte, pero al descubrir que preguntas por Dachau su sonrisa se hiela en el rostro y con un ademán,  diría que hasta violento,  te señalan el camino y se despiden abruptamente.

Cuando tras las indicaciones consigues dar  con la senda que te lleva al lugar del exterminio,  te llama igualmente la atención que a la margen izquierda en dirección al campo hay unos viejos paneles que muestran fotografías del desembarco de los judíos hacia su final y , curiosamente, están hechas en la mismo lugar donde están situados los paneles.

La margen derecha el camino está rodeado de coquetos chalets donde, al ser domingo el día que hacíamos la visita, la mayoría de sus ocupantes se entretenían en arreglar el jardín o las manualidades típicas del mantenimiento de una casa.

Igualmente comprobé que si en alguno de los cruces perdías el rastro de los paneles (muy deteriorados por el paso del tiempo) y te veías obligado a preguntar por el campo de concentración , en la mayoría de los casos la gente , o simulaba que no te entendía y te cerraba la puerta , o simplemente reaccionaba de forma brusca alargando el brazo y lanzando un sonido gutural para indicarte el camino que debías seguir.

Tras la visita al campo pregunté a mi amiga Julietta, nuestra anfitriona alemana , por la extraña reacción de la gente en un país donde la corrección es norma obligada,  y ella , también sin profundizar mucho en el asunto,  me dijo que el nazismo era una herida que Alemania todavía no tenía cicatrizada.

A la vuelta a Madrid me puse a investigar sobre los campos de concentración, y supe que de algunas casas de aquellas que están junto al sendero de la muerte hacia Dachau, los moradores de la época lanzaban excrementos, mondas de patata, escupían a los judíos que iban en columna con paso cansino, incluso debían ser sujetados por los soldados para que no cometiesen desmanes más graves.

Otros vecinos de la época  de aquella calle que desembocaba en el horror y que está jalonada de bonitas casas pintadas de rojo y blanco, se acercaban a los condenados a muerte y le introducían trozos de pan entre la ropa en un descuido de los soldados, chocolate , o le ofrecían un vaso de agua. Unos y otros eran alemanes, tanto los que escupían como los que mostraban un poco de humanidad hacía aquella caravana de cadáveres andantes.

Hoy en Alemania mucha gente se pregunta cómo pudieron permitir eso. Y creo que la respuesta es porque los más miraron para otro lado, y una parte  aceptó  el discurso oficial que los judíos eran un problema grave para la seguridad del país.

Saco a colación el tema de Dachau para hablar de los crímenes que se están cometiendo en  Palestina, pese a que pueda ser tachado de antisemita, por que las mismas estrategias que se usó para jusitificar la  shoá,  el nombre judío que recibe el holocausto, es el que se está utilizando para la matanza de civiles en Gaza.

En el caso del exterminio de miles de seres humanos  en Alemania se apelaba al bien supremo de la seguridad para un pueblo, el ario,  y al peligro que suponía la existencia del pueblo judío para los intereses de Alemania . En el caso de Gaza, el gobierno israelí apela al bien supremo de la seguridad de Israel y la necesidad de acabar con Hamás, confundiendo una organización terrorista con todo  un pueblo. No es el único paralelismo que existe entre la Alemania nazi y el gobierno de Netanhayu (obsérvese que no hablo de la totalidad del pueblo israelí, sino de su gobierno y quienes le apoyan) , y sino comprueben la similitud en el tratamiento de los temas periodísticos:

“La política nazi en torno a la prensa se puede resumir en la idea del control total” 1

“ Los políticos tienen una influencia significativa en los nombramientos de los organismos reguladores de la radiodifusión (…). Desde el comienzo de la guerra con Hamás, la mayoría de la prensa israelí reproduce cada vez más la propaganda de las autoridades a favor del conflicto y a las voces críticas les cuesta hacerse oír. (…) sólo se permite entrar en el enclave a los periodistas “empotrados” en el ejército israelí.” 2

De igual modo la masacre, me resisto a utilizar el término guerra por lo desproporcionado del poder armamentístico de uno y otro contendiente, ha dividido a la comunidad internacional, con países que apoyan firmemente a Israel, y otros que, de forma tibia, se posicionan con las víctimas, al igual que sucedió con la aparición de la Alemania Nazi, que tuvo el apoyo de parte de la población austriaca, francesa, y gobiernos ultranacionalistas húngaros, ucranianos, rumanos, etc,etc.  Los Milei y Trump de la época para que nos entendamos, y enfrente exclusivamente a Inglaterra y Francia hasta que se hizo necesario acabar con aquello.

Personas de todas las edades entre los ruinas de la guerra
Palestinos inspeccionan las ruinas de la torre Aklouk
Edificios destruidos con fuego y humo
La ciudad de Gaza en diciembre de 2023

Por lo tanto no somos antisemitas si decimos que el gobierno de Netanhayu utiliza el poder de la prensa para sofocar cualquier disidencia, justifica sus sangrientas  acciones  contra la población civil en aras de un bien supremo, y se envalentona por la tibieza de la comunidad internacional. Los mismos parámetros que permitieron el auge del nazismo. Nuestra grito de protesta pretende situarnos en el lugar justo de la historia cuando , pasados los años, nos volvamos a hacer la misma pregunta: ¿Por qué permitimos eso?


1 PROPAGANDA DURANTE LA CONSOLIDACIÓN DEL NAZISMO: LA PRENSA DEL TERCER REICH. Revista Notas Históricas y Geográficas. Número 29, Julio – Diciembre, 2022. Consultado en red el 16 de septiembre de 2024,¡. 

2 Informe de reporteros sin fronteras. https://rsf.org/es/pais/israel. Consultado en red el 16 de septiembre de 2024.

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One comment on “Contra la matanza de civiles en Gaza nos posicionamos”

  1. Una gran publicación, Gabriel estamos de acuerdo contigo, como es posible que la comunidad internacional no hace una protesta contundente contra el gobierno de Israel? Difícil de explicar a nuestros jóvenes que hicieron los nazis a los judíos y que es lo que hacen ahora los judíos contra los palestinos... Yo nací en Bad Reichenhall muy cerca de Múnich...alla por el año 1964 cuando mis padres tuvieron que emigrar a Alemania en 1962 y también visitaron ese terrible lugar.gracias Gabriel por seguir intentando explicar lo que ahora mismo pasa en Gaza y el Líbano,la comunidad internacional debe parar este genocidio, te mandamos un abrazo fuerte y grande