La oculta y olvidada historia de las mujeres africanas

En África, como en el resto del mundo, las mujeres son agentes centrales del desarrollo. En primer lugar, simplemente porque las mujeres africanas representan cerca del 40% de la fuerza laboral, una cifra que incluso se puede considerar como infravalorada.

La mujer africana consigue día a día la supervivencia de muchas familias. Su esforzada lucha la ha convertido en uno de los motores económicos de la sociedad africana, por no decir el principal. Su aportación representa entre el 80 y el 85% de la economía en África. A pesar de que las mujeres africanas son piezas clave en todos los aspectos de la realidad social, económica y cultural de sus países, su participación en el desarrollo ha permanecido invisible.

Debemos romper esta falta de visibilidad, ofreciendo un acercamiento a la presencia de las mujeres en la vida política, en la economía, y abordando su situación en los numerosos conflictos armados que afectan a varios países de la región, remarcando a su vez el papel que han asumido en la consecución de la paz y en la reconstrucción de la sociedad.

En el nuevo contexto ya hay algunas mujeres en los cargos políticos, administrativos y sociales. Están presentes en los trabajos sencillos y en la economía informal, pero también en la vida pública, en los parlamentos, en grandes empresas, en la administración, bancos, cooperativas, movimientos reivindicativos, acciones políticas, lucha por la justicia y la paz. Hacen valientes denuncias y nuevas propuestas.

Existe un número creciente de autores que hacen una relectura del pasado con el fin de encontrar temperamentos femeninos a los que reconocer su valor, ya fueran esposas o favoritas de reyes. Pero nunca ninguna mujer negra ha sido reconocida como heroína por la historia, digamos, universal.

¿Por qué no visibilizar y ensalzar también a esas reinas que han guiado a su pueblo, esas activistas fuera de lo común, esas mujeres anónimas que con sus hazañas han apoyado las luchas de la humanidad?

El material inestimable sobre las antiguas civilizaciones negras no ha sido, por desgracia, suficientemente explotado. Como tampoco las tradiciones orales, en vía de desaparición, con sus últimos depositarios. Si no se toman medidas para dar a conocer este pasado en su diversidad, corremos el peligro de convertirnos en generaciones amnésicas, sin referencias que permitan rebatir los clichés sobre el supuesto vacío histórico de los pueblos negros.

La mujer africana ha demostrado su determinación en desarrollar las oportunidades que se le han permitido. Actualmente, en el continente africano se va implantando un firme compromiso con la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Casi todos los países han ratificado la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y, más de la mitad, ya han ratificado el Protocolo sobre los Derechos de la Mujer en África de la Unión Africana. Entre otros hitos, cabe citar la declaración de la Unión Africana del periodo 2010-2020 como el Decenio de la Mujer Africana.

Es necesario comprender cómo se está configurando esta participación en cada contexto nacional, teniendo en cuenta los modelos políticos imperantes y el peso de las estructuras sociales, religiosas, matriarcales y patriarcales. Estar atentos a la realidad social de crisis, a lo que nos rodea, abiertos y dispuestos a avanzar e innovar, trabajando para tener una mirada atenta y crítica que relee e interpreta la historia para transformar cuidadosamente, ha sido y será nuestra meta prioritaria.

Divaika Kiemba
Presidente del Centre Euro Africa


Mujeres africanas

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